Poner en marcha un negocio o trabajar para mantenerlo y hacerlo crecer, no es una excusa para dejar la responsabilidad en casa. Al contrario, emprender es una acción responsable en sí misma y que puede contribuir al bienestar colectivo.
Disfrutar de crear y desarrollar un proyecto empresarial contribuyendo al crecimiento de las personas y a la protección del medio ambiente no sólo es compatible sino que proporciona además una herramienta de competitividad empresarial. En un momento en el que la ciudadanía está más concienciada que nunca y pide a las empresas algo más que la generación de riqueza económica la gestión socialmente responsable puede marcar la diferencia con los competidores.
Pero ¿cómo responder a este reto? Te ofrecemos 5 claves. Asegúrate de que tu actividad genere:
- Valor añadido más allá de la producción con calidad del producto o servicio… Para la empresa, tus trabajadores y trabajadoras y la sociedad en su conjunto.
- Diálogo y corresponsabilidad con quienes te rodean: la plantilla, socios, clientes, proveedores, comunidad donde opera; apoyándoos, minimizando riesgos y creciendo juntos…
- Confianza informando, no sólo de resultados económicos, sino también de vuestra aportación social y del respeto y preservación del medio ambiente.
- Orgullo de pertenencia (de ser quienes sois).
- Contagio a quienes os rodean de esta forma de gestionar, donde todos y todas salimos ganando.
¿Generas estas claves? Recuerda que la Encuesta Global de Nielsen sobre Responsabilidad Corporativa- 2012 muestra que, entre todos los encuestados españoles, un 60% de los consumidores/as prefiere comprar productos de empresas socialmente responsables y que el 31% estaría incluso dispuesto a pagar más.
Las empresas deben adaptarse cuanto antes a esta generación de consumidores/as y saber llegar a ellos a través de su valor de marca.
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